Las ositas y su gran aventura en el espacio. Érase una vez, en un lugar lejano, vivían dos ositas muy aventureras, a quienes les encantaba explorar y descubrir cosas nuevas. Un día, mientras paseaban por el bosque, se dieron cuenta de que algo extraño estaba sucediendo en el cielo. De repente, vieron una nave espacial descendiendo del cielo y aterrizar en un claro cercano. Las ositas, siempre curiosas, corrieron hacia la nave para investigar.
Al llegar, vieron que había alguien dentro de la nave. Una pequeña criatura extraterrestre salió de la nave y se presentó como «Zog». Las ositas estaban muy emocionadas de conocer a un extraterrestre, pero también un poco nerviosas. Sin embargo, Zog fue muy simpático y les explicó que estaba en una misión para encontrar un nuevo hogar para su gente, ya que, debido a la degradación del planeta, ya no podían vivir allí.
Zog le pidió a Las ositas que lo ayudaran en su misión y ellas aceptaron encantadas. Juntas, volaron en la nave hacia el espacio exterior. Las ositas nunca habían estado en el espacio antes, así que se asombraron al ver todas las estrellas y planetas que pasaban frente a ellos en el camino.
Finalmente, llegaron a un planeta desolado, que parecía ser un lugar perfecto para los extraterrestres. Zog agradeció mucho a Las ositas su ayuda y les prometió que siempre serían amigas. De repente, escucharon un fuerte ruido. Un grupo de malvados extraterrestres llegaron al planeta y comenzaron a destruir todo a su alrededor.
Las ositas y Zog sabían que tenían que hacer algo para detener a los malvados extraterrestres. Juntos, construyeron un súper robot gigante que era lo suficientemente fuerte como para luchar contra los invasores. Las ositas pilotaron el robot y comenzaron a luchar contra ellos. Fue una batalla muy difícil, pero Las ositas y Zog lograron vencer a los invasores y proteger el planeta de su amigo.
Después de la victoria, Las ositas y Zog regresaron a casa en la nave espacial. Las ositas estaban muy orgullosas de lo que habían logrado y de haber conocido a Zog, quien se convirtió en su amigo para siempre. A su regreso a la tierra, Las ositas contaron a todos sobre su gran aventura en el espacio y prometieron seguir explorando y descubriendo el mundo juntas.
Desde entonces, Las ositas siguieron aventurándose en busca de nuevos descubrimientos y de ayudar a otros seres. Siempre estaban felices de encontrarse con otras criaturas y de hacer amigos en cualquier lugar al que fueran. Y así fue como Las ositas, gracias a su valentía y espíritu aventurero, se convirtieron en las guardianas del universo.
