Los Buhitos en el Reino de los Murmullos. Érase una vez en el Reino de los Murmullos, donde los sonidos eran tan suaves que podían escucharse los susurros de las hojas de los árboles y el canto de un ave muy lejana. En este tranquilizador reino, vivían los Buhitos, una familia de búhos que eran conocidos por su habilidad para oír cada sonido. Gatito, el Buhito más joven, era el más sensible de todos. Él estaba decidido a encontrar el sonido más suave del Reino.
Un día, mientras volaba sobre el Reino, Gatito escuchó un sonido suave que nunca antes había oído. No era lo suficientemente fuerte como para ser audible para la mayoría de las aves, pero para Gatito, era como una melodía. Curioso por conocer más sobre este nuevo sonido, Gatito buscó en todo el Reino en busca de su origen.
Pasaron los días y Gatito seguía buscando el sonido, pero no lo encontró. Cada vez que parecía acercarse, desaparecía. Por la noche, Gatito se acurrucaba en su nido y soñaba con el sonido suave. Imaginaba que sonaba como las hojas que danzaban con el viento, pero más suave.
Un día, mientras volaba cerca del Río de los Murmullos, Gatito oyó el sonido de nuevo. Esta vez, se aseguró de volar en la dirección correcta. Sin embargo, cuando llegó al lugar donde pensaba que debería estar el sonido, esta vez estaba completamente en silencio. Gatito estaba desconcertado, pero decidió no rendirse.
Día tras día, Gatito continuó su búsqueda. Sus padres, el Sr. y la Sra Buhito, intentaron convencerlo de que dejara de buscar el sonido. Le decían que no valía la pena preocuparse tanto por un sonido tan suave. Pero Gatito no podía dejar de buscar, y un día, por fin, lo encontró.
El sonido se originaba de un árbol muy alto y alargado. Apenas podía escucharlo, pero estaba allí. Gatito se quedó en la rama del árbol durante horas, cautivado por el sonido más suave que jamás hubiera oído.
Gatito se dio cuenta de que ese sonido lo hacían las hojas más suaves de todo el Reino. Pero lo que las hacía suaves era el rocío de la mañana que las salpicaba después de que brillaba el sol. Gatito nunca se hubiera dado cuenta de eso si no hubiera seguido buscando.
La familia Buhito se sorprendió al ver a Gatito feliz después de haber encontrado el sonido suave. Gatito explicó que nunca se había sentido tan feliz en su vida. Había encontrado algo que amaba, y había descubierto que las cosas más suaves y delicadas del Reino podían ser tan importantes como los ruidos fuertes y contundentes.
Así como Gatito aprendió a valorar los sonidos más suaves del Reino, los otros Buhitos también comenzaron a escuchar y apreciar los sonidos suaves y tranquilizadores. Ahora, en todo el Reino de los Murmullos, se escuchan suaves melodías que antes habían pasado desapercibidas. Y todos están un poco más felices gracias a Gatito y su incesante búsqueda del sonido suave y tranquilizador en la vida.
Desde entonces, Gatito se aseguró de que siempre hubiera un lugar tranquilo y suave en su hogar. Ahora, tiene un rincón especial con hojas frescas pegadas al techo, donde puede relajarse y escuchar los suaves sonidos del Reino. A veces, se queda dormido escuchando los murmullos de las hojas y recuerda su increíble búsqueda.
Y así, Gatito enseñó a todos en el Reino a escuchar más atentamente, a prestar atención a los sonidos que se escapan a menudo de la atención cotidiana, y a disfrutar de la compañía de un sonido suave y delicado. Entonces, en ese Reino, bajo la tutela amorosa de los Buhitos, se produjo una epidemia de felicidad.