Los Duendes y la Leyenda de la Navidad Encantada

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Los Duendes y la Leyenda de la Navidad Encantada
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Los Duendes y la Leyenda de la Navidad Encantada. Érase una vez en un bosque encantado, vivían unos duendes que se dedicaban a preparar la Navidad de todas las criaturas que habitaban allí.

Ellos eran los encargados de recoger todos los adornos que servirían para decorar los árboles y las casas del bosque. La Navidad era un evento muy importante para ellos, y hacían todo lo posible para que todo saliera perfecto.

Todos los años trabajaban con mucho empeño y con mucho amor en la decoración de la Navidad, pero un año sucedió algo terrible: el árbol de Navidad mágico, que siempre era el centro de atención, desapareció misteriosamente.

Los duendes estaban muy tristes, porque sin ese árbol, la Navidad no tendría ningún sentido. Nadie sabía cómo había sucedido aquello, y todos estaban muy preocupados.

Fue entonces cuando llegó el rey elfo, que conocía la historia del árbol de Navidad, y les contó la leyenda de la Navidad Encantada.

Hace muchos años, en la noche de Navidad, una estrella muy hermosa había descendido sobre aquel bosque encantado y había iluminado un árbol que crecía en el centro. Ese árbol se había llenado de regalos y luces de colores, y desde entonces, había sido el símbolo de la Navidad para todos los duendes y las criaturas que habitaban en el bosque.

Pero según la leyenda, el árbol estaba protegido por un misterioso hechizo, y sólo los seres más bondadosos y nobles podrían acercarse a él. Si alguien con malas intenciones lo tocaba, el árbol desaparecería para siempre.

Los duendes se miraron unos a otros, sabiendo lo que eso significaba: alguien del bosque había tocado el árbol mágico.

Entonces, decidieron hacer algo para traer de vuelta el árbol de Navidad y restaurar la alegría en el bosque encantado. Para ello, enviaron una expedición para buscar al ser más bondadoso y noble que pudiera ayudarles a encontrar al culpable.

Tras muchas aventuras, la expedición encontró al hada más amable y pura del bosque, que aceptó ayudarles en su labor. Juntos, comenzaron a investigar quién había tocado el árbol mágico, y en ese momento llegó la sorpresa.

Resultó que había sido un humano que había entrado en el bosque por casualidad, y había tocado el árbol sin saber que estaba protegido por un hechizo. Pero el hada no se desanimó, y decidió ir en busca del humano para explicarle la situación.

Finalmente, lo encontró, y en aquel encuentro, el joven comprendió el significado de la Navidad Encantada. Entonces, comenzó a ayudar a los duendes en la búsqueda del árbol, y juntos encontraron el camino hacia el árbol mágico.

Cuando llegaron al árbol, descubrieron que el hechizo que lo protegía era muy complejo, pero el hada, con su gran sabiduría y conocimiento de la magia, logró romperlo y liberar al árbol de su encierro.

Así, el árbol volvió a brillar con todo su esplendor, y los duendes y las criaturas del bosque se llenaron de alegría y regocijo.

Desde ese día, el joven aprendió la importancia de la bondad y la amabilidad, y prometió ayudar a los duendes en todas las Navidades venideras, para que este evento siempre fuera tan especial y maravilloso como aquel primer encuentro con el árbol mágico.

Y así, la leyenda de la Navidad Encantada y el árbol mágico se extendió por todo el bosque encantado, llenando de esperanza y amor a todos sus habitantes en tiempos de Navidad.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
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