Los Lobeznos y el Portal Mágico. Érase una vez, en un pequeño y encantador pueblo, donde los árboles eran fuente de vida, los animales corrían libres por los bosques y los habitantes se dedicaban a cuidar de la naturaleza. En este lugar vivía una manada de lobos que se llamaban Los Lobeznos, quienes eran los encargados de proteger a los habitantes del lugar y mantener el equilibrio en el ecosistema.
Un día, los lobos descubrieron que en la montaña más alta del pueblo, se encontraba un portal mágico que llevaba a un mundo encantado y desconocido. Los Lobeznos se sintieron muy curiosos y se propusieron encontrar el camino para llegar a ese portal. Durante días, exploraron los bosques y montañas de la región, hasta que finalmente encontraron una leyenda que les habló de una llave mágica que debía ser usada para abrir el portal.
Los Lobeznos se pusieron en marcha en busca de la llave mágica, y después de varios días de búsqueda, la encontraron en lo más profundo del bosque. La llave tenía grabados antiguos y esotéricos, lo que les indicó a los Lobeznos que habían encontrado la llave correcta. Con ella en mano, los lobos decidieron regresar a la montaña y encontrar el portal.
Después de otro largo camino, llegaron al pie de la montaña donde después de ver alrededor, encontraron el extravío de un anticuario ya jubilado que había estado buscando el portal también. Él, después de asegurarse de que los lobos eran buenos y que encontrarían la forma de ingresar al portal, decidió compartirles información importante que había recopilado estando más tiempo en el pueblo.
La información les señaló el camino a seguir, ya que para encontrar la entrada del portal debían subir la montaña y cada cierto tiempo encontrarían una escultura de un animal que indicaría que debían seguir por ese camino. Los lobos, emocionados y ansiosos por descubrir que había detrás del portal mágico,asintieron y se pusieron en marcha.
Subieron rápidamente por la montaña, hasta que encontraron la primera escultura: un colibrí que parecía estar flotando. Los Lobeznos estaban entusiasmados cuando la llave mágica que les había guiado hasta ahí, comenzó a girar y se escuchó un ruido como si algo se hubiera movido. Cuando voltearon a ver, el colibrí ya no estaba ahí y se había formado una extraña puerta flotante.
Los Lobeznos se miraron entre sí, curiosos y emocionados, y pasaron por la puerta flotante. Al otro lado, descubrieron un mundo mágico, lleno de maravillas y criaturas que jamás habían visto antes. Se adentraron en ese lugar asombrados, abiertos a todo lo nuevo que pudieran descubrir.
Avanzaron por un camino hecho de cristales, donde las plantas brillaban y las mariposas parecían estar hechas de luz. Pronto, llegaron a un lago donde habitaban los mejores amigos del colibrí: los patos. Éstos les compartieron los secretos del poblado y les dijeron que habían sido enviados en su llegada para ayudar a que los Lobeznos llegaran al templo del tiempo, en donde se encontraría la llave para regresar a su mundo.
Los Lobeznos agradecidos, continuaron su camino y después de varios obstáculos y pruebas, lograron llegar al templo del tiempo. Ahí descubrieron que la llave para regresar a su pueblo estaba en la cima de una montaña alta, que de ahí en adelante la leyenda aún no les había contado.
Después de preguntar a los demás animales, se enteraron que en el templo había un láser solar que los ayudaría a llegar a esta montaña alta. Tras conseguir el láser, los Lobeznos lo utilizaron para abrirse camino entre las nubes y finalmente llegaron a la cima de la montaña.
Cuando al fin iban a tomar la llave para regresar a casa, un malvado murciélago apareció ante ellos, interrumpiendo sus planes y robándoles la llave. Los Lobeznos, después de intentar conversar y recuperar la llave, no tuvieron otra opción que defenderse y pelear contra el murciélago. Fue una ardua batalla, pero finalmente los Lobeznos vencieron al murciélago y lograron recuperar la llave mágica.
Con la llave en mano, los Lobeznos abrieron el portal a su pueblo y regresaron a casa triunfantes, con una gran experiencia de vida, la cual les enseño que hay muchos secretos en el mundo y que siempre es bueno estar preparado para lo desconocido. Los Lobeznos sintieron una gran recompensa por explorar y descubrir un lugar nuevo y mágico, y juraron que si volvieran a encontrar otro portal, como los que encontraron en este lugar, que no dudarían en explorarlo una vez más.
