Los monstruos de las profundidades de Halloween

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Los monstruos de las profundidades de Halloween
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Los monstruos de las profundidades de Halloween. Érase una vez, en el fondo del océano, un grupo de monstruos vivía en una ciudad submarina llamada Monsteria. Cada Halloween, los habitantes de la ciudad se preparaban para celebrar la noche más terrorífica del año.

El rey de Monsteria, un imponente monstruo marino de ocho tentáculos llamado Kraken, era el encargado de organizar la celebración. Este año, tenía una tarea muy importante: conseguir asustar a todos los habitantes de la ciudad con una historia de miedo.

Kraken se reunió con su consejero, un pequeño calamar llamado Octavio, para buscar la historia más aterradora que pudieran encontrar.

-¿Qué tal si contamos la historia del Monstruo del Abismo? -sugirió Octavio-. Se dice que es el ser más temible y poderoso que habita en las profundidades del océano.

Kraken frunció el ceño. Sabía que esa historia había sido contada muchas veces y la mayoría de los habitantes ya la conocían.

– Necesitamos algo más original, algo que sorprenda a todos -dijo Kraken.

De repente, un pequeño pez llamado Nemo se acercó a ellos.

-¡Majestad, he visto algo horrible en las profundidades! -exclamó el pez sin aliento.

-¿Qué es lo que has visto, Nemo? -preguntó Kraken.

-Un barco fantasma -respondió el pececillo con los ojos muy abiertos-. Está lleno de espíritus que buscan venganza.

Kraken se emocionó. Esa era la historia perfecta para contar en Halloween. Pero para hacerla aún más aterradora, decidió que necesitaban ir a investigar ese barco fantasma.

Reunió a un grupo de voluntarios, entre los que se encontraban Octavio y Nemo, y juntos se adentraron en las profundidades del océano en busca del barco.

El viaje fue peligroso y emocionante. Vieron todo tipo de criaturas marinas extrañas y asombrosas. Pero cuanto más se adentraban, más oscuro y tenebroso se volvía el ambiente.

Finalmente, llegaron al barco fantasma. Estaba cubierto de algas y corales, pero aún se podían ver los restos de hace cientos de años. Kraken y los demás se adentraron con cautela en la embarcación.

De repente, empezaron a sentir una presencia malévola. El aire se volvió frío y oscuro, y la única luz que brillaba era la escasa que penetraba a través de las ventanas rotas. Se escuchaban susurros y risas burlonas, pero no se veía a nadie.

Entonces, algo tomo del tentáculo a Kraken. Era una mano fría y huesuda.

-¡El Monstruo del Abismo! -gritó Octavio, al tiempo que señalaba una figura negra y aterradora que se acercaba a ellos.

Kraken intentó resistir, pero la fuerza del monstruo marino era demasiado grande. Se lo llevó consigo a lo más profundo del barco.

Los demás se quedaron allí, paralizados por el miedo. ¿Cómo podrían salvar a su rey? De repente, Octavio tuvo una idea. Recordó que los monstruos marinos eran muy sensibles a ciertos sonidos.

-Vamos a intentar distraerlo con música -dijo Octavio-. Yo tocaré el coral y tú, Nemo, cantarás.

Los demás aceptaron la idea y empezaron a buscar instrumentos improvisados. Al fin encontraron una vieja concha marina y una almeja con la que podían hacer un ritmo.

Al principio, se escuchó tan mal que Kraken siguió luchando con el monstruo, pero poco a poco la música se fue afinando hasta que se convirtieron en una hermosa melodía. El Monstruo del Abismo se detuvo, cerró los ojos y empezó a bailar.

Mientras tanto, Kraken fue liberándose poco a poco. Finalmente, consiguió soltarse y regresó junto a sus amigos.

-¡Lo hemos conseguido! -dijo Kraken, emocionado-. ¡Hemos derrotado al Monstruo del Abismo!

Regresaron a Monsteria, donde el resto de habitantes estaba temblando de miedo, ya que pensaron que nunca volverían a ver a su rey. Pero cuando vieron que estaba de vuelta, todos se abrazaron y se alegraron de que la historia hubiera tenido un final feliz.

Así, con música y amistad, Kraken y sus amigos demostraron que, incluso en la noche más terrorífica del año, se pueden encontrar fuerzas para luchar contra el miedo y las adversidades. Ese Halloween, la fiesta de Monsteria fue la más divertida y aterradora de todas.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
Los monstruos de las profundidades de Halloween
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