Los osos y la aventura en el castillo encantado. Érase una vez, en una hermosa pradera en la que vivían Osos muy felices. Ellos jugaban, dormían y comían juntos, siempre protegiéndose uno al otro. Un día, mientras daban un paseo, se encontraron con un castillo encantado. No sabían cómo había llegado allí y tampoco sabían si alguien lo habitaba, pero su curiosidad los llevó a investigar.
Con mucho cuidado, los osos se acercaron al castillo y notaron que las puertas estaban abiertas. Era extraño, pero aún así, quisieron entrar para curiosear. Al ingresar, sintieron que algo mágico los había envuelto, como si hubieran entrado en un mundo diferente. En el interior encontraron un hermoso jardín con flores y fuentes, pero notaron que una de las puertas a un pasillo estaba cerrada con llave.
Los osos no llevaban llaves, pero aún así, decidieron intentar abrir la puerta. Fue en ese momento en que un murciélago apareció y les dijo que él tenía la llave y que se la entregaría, pero antes debían ayudarlo a encontrar unas frutas especiales que solo crecían en lo alto de una montaña. Los osos no sabían cómo llegar allí, pero no les importó, iban a ir a buscar las frutas y traerlas al murciélago para conseguir la llave.
Los osos se pusieron en camino, siguiendo las indicaciones del murciélago. El camino no fue fácil, pero ellos ayudaron uno al otro, escalando montañas y cruzando ríos. Cuando por fin encontraron las frutas especiales, se dieron cuenta de que había un dragón que las vigilaba. Con mucho cuidado, intentaron acercarse a las frutas sin llamar la atención del dragón, pero fue en vano. El dragón los vio y comenzó a perseguirlos para atacarlos.
Los osos corrieron y se escondieron, pero el dragón los estaba alcanzando. En ese momento, los osos recordaron que habían llevado una lanza para protegerse, uno de ellos se adelantó hacia el dragón mientras los demás le seguían detrás. El dragón sopló fuego, pero el oso lanzó su lanza con precision y logró herir al dragón, haciéndolo retroceder.
Finalmente, los osos pudieron tomar las frutas especiales y se las entregaron al murciélago, quien les entregó la llave. Con la llave, los osos regresaron al castillo y lograron abrir la puerta que estaba cerrada. Al entrar en la habitación, encontraron un cofre antiguo y lleno de joyas. Pero lo más importante, fue que en el interior del cofre había un mensaje que decía: «Este castillo encantado es un lugar mágico, pero solo se puede entrar por aquellos que tengan el corazón valiente y el espíritu aventurero».
Los osos se sintieron muy valientes y aventureros en ese momento. Habían pasado por muchas dificultades juntos pero al final encontraron la recompensa al ser valientes y unidos. Decidieron regresar a casa, compartiendo las frutas especiales con todos los animales de la pradera y llevando consigo la lección de que juntos se puede lograr todo.
El castillo encantado se quedó en la pradera como un recuerdo mágico para los osos y los demás animales, y la historia de su aventura se contó entre generaciones, nunca perdiendo la valentía y el coraje que demostraron los osos en su aventura en el castillo encantado.
Fin.